(25x25x4) Chinchetas doradas sobre cartón.
Enmarcado en vitrina blanca.
(DISPONIBLE)
No quería contarle a nadie que le dolía mirarla.
Que hablarle pinchaba.
Tocarla era imposible.
Imaginaba que su aroma le envolvía; lo grababa en su cerebro para disfrutarlo después.
Construyo su amor con imágenes, que él hacía realidad uniendo sentidos.
Fantaseó con un afecto dorado que olía a mar; dibujó un perfil que casi podía tocarse y todo junto le supo a amor.
Entonces, a pesar del dolor, mirarla fue suficiente.
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Puedes leer la historia del The Superlove Hurts Num.4 aquí.
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